23 jul 2012

cuerpos obedientes * parte I




"Lo que EEUU emplea en alimentar su gordura podría sustentar a 22 millones de personas al día". Lo afirma una reciente investigación realizado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad de Londres, para quien dejar de consumir más de lo que necesitamos es, además de una cuestión de salud, una cuestión social y una de las claves de la sostenibilidad ecológica. El debate está abierto. 

Sus autores, lejos de la subjetividad con la que solemos abordar el tema del sobrepeso, solemos encajarlo mal, decidieron empezar por calcular la energía alimentaria requerida para sostener la biomasa mundial. “Al considerar cuántas personas puede sostener el mundo, la pregunta no es cuántas bocas hay que alimentar, sino cuánta carne hay que alimentar”, explican. Un aumento de biomasa supone también, un incremento en la demanda de recursos. El estudio concluye que nuestro sobrepeso energéticamente es como si en el mundo hubiera ¡473 millones de personas más! Si lo unimos al infatigablemente patrocinado aumento poblacional, el resultado pone en alerta.  

Si dejarnos la luz encendida o dejar correr el agua mientras nos lavamos los dientes nos parece mal... ¿por qué nos parece bien ingerir más de lo que necesitamos?

Los mercados (son entes que hacen eco cuando los mencionas), buscando la expansión de los límites naturales de consumo hasta el infinito, hacen verdaderos malabarismos con tal de vender. Como no pueden alargar las horas del día para que tengamos más tiempo para consumir, tuvieron que buscar otra solución. Aunque parezcan Dios, no lo son. ¡Que consuman más de una cosa al mismo tiempo! A lo que otro añadió: ¡Y que consuman durante todo el día! La comida y la bebida sirven como ninguna a este propósito. Puedes tomarte un café mientras estás de shopping (Starbucks te lo ofrece), tomarte una bebida isotónica mientras haces deporte o una coca cola mientras conduces. ¡El mundo está lleno de máquinas o marcas dispuestas a abastecerte! ¡Puedes ingerir sin tener que dejar de hacer lo que sea que estés haciendo! Y además, para ponértelo más fácil, el mundo también está lleno de productos basura muy muy baratos para que todos podamos consumir mucho. 

¡El plan es perfecto! Y nosotros... tragamos.