10 sept 2012

IN.between





Hace año y medio aprox, Barnes&Noble censuró esta magnífica portada. La empresa exigió que Dossier cubriera con bolsas negras todos los ejemplares. Tan sólo un año después, Pejic desfila vestido de blanco para Rosá Clará. ¿Cómo ha pasado esto? Ha pasado como pasa siempre.     


Andrej Pejic, la antropóloga y fotógrafa Collier Schorr y James Valeria dinamitaron los pilares de la tierra con estas fotos. Fueron calificadas de turbadoras, inquietantes. Dijeron que eran obscenas, que el modelo parecía una niña, no una mujer. Pero Peijic no parecía una niña. Las fotos tampoco tenían el alto contenido sexual a la que nos tienen acostumbrados y, sin embargo, molestó... Aquella portada capturaba un individuo nuevo; ni hombre, ni mujer. Aquella portada sugería, proponía, hablaba de la plasticidad del género. 


Conscientes de que la censura es siempre un reclamo, los detractores aguantaron la respiración y se quedaron en silencio cruzando los dedos para que todo aquello y, de paso el propio Peijic, cayeran en el olvido. Pero no fue así. El debate, hasta ahora relegado a una minoría marginal, estaba servido y a la vista de todos.



Desde entonces, Andrej Pejic ha desfilado con vestidos de novia y ha posado en lencería. Cuenta entre sus groupies con influyentes líderes de opinión. Todas las marcas que pueden permitírselo, lo quieren. Está en el puesto 98 de la lista de las 100 mujeres más sexys del mundo. Y también lo está entre los 100 hombres más atractivos. Parece que el modelo seduce bastante más de lo que muchos están dispuestos a reconocer...  

La historia mejora cuando Pejic nos presenta a su pareja, Erika Linder. Con ella comparte su multiplicidad de género. Erika dice tener demasiada imaginación para pertenecer a uno sólo. Se siente hombre y mujer y es así de impresionante. 




¡Esto es demasiado! Es mucho más freak de lo que el stablisment puede tolerar. ¿Qué es esto? ¿Son heterosexuales raros o heterosexuales por partida doble? ¿Son gays al cubo? ¿Son una pose?... Aterrorizados, los mecanismos de control empiezan a operar con agilidad. ¡Hay que redefinir todo esto! En adelante, la novia es él. Aunque sean travestidos, pero que se ajusten a nuestras normas ¡carajo! Uno de los dos tiene que hacer de chico y el otro tiene que hacer de chica.   

Juntos protagonizan la última campaña de Forward llamada 'Battle for the sexes!'. En ella intercambian y reproducen  roles de género tradicionales. Este truco, aparentemente inocente, hace que todo esto parezca precisamente eso, un juego, un disfraz. "Tranquilos, todo sigue igual, ellos sólo son un producto" rezan estas campañas. El sistema engulle, fagocita lo que no es capaz de destruir.





Pejic no ha vuelto ha ser tan moderno e irreverente como lo fue en aquella imagen. Erika ya sólo se siente hombre. Pero, sea como fuere, ya han dejado su legado: hacer visible lo invisible.